Con apenas 23 años, Alan Dutra ya fue campeón argentino y sueña con “pelear en el Madison Square Garden subiendo con la bandera argentina”. La historia de superación de un atleta que atravesó problemas serios de salud en su adolescencia.
Alan Dutra puede presumir con apenas 23 años ser el campeón argentino de boxeo en la categoría ligero. Disciplina, pasión y perseverancia son valores que lo acompañan desde que inició su carrera y sobre los que se apoya para continuar su marcha hacia un objetivo especial: pelear en Las Vegas y llevar la bandera de Argentina bien arriba.
Que su padre haya sido boxeador no es necesariamente la razón por la que Alan se acercó al deporte de los guantes. Inicialmente comenzó a jugar al fútbol y ocupaba su lugar debajo de los tres palos. Sin embargo, un tratamiento con corticoides que debió sobrellevar en su adolescencia retrasaba su crecimiento y le generaba una hinchazón que dificultaba su actividad como arquero.
A los 16 años, ya sin el tratamiento a cuestas, tomó la decisión de ponerse los guantes, un viaje que sería de ida. “Mi papá de chico me enseñó las cosas básicas, cómo caminar, el uno-dos, pero recién a esa edad me empecé a dedicar en serio”, recordó en un mano a mano imperdible con este medio que incluyó el relato de sus títulos más significativos, el desarrollo de su gimnasio en el barrio Santa Marta y el sueño de pelear en el Madison.
- ¿Dónde arrancaste a entrenar?
Empecé en Ezeiza en un lugar llamado Co-Boxeo y luego pasé por varios gimnasios hasta encontrar mi lugar. Como eso no ocurrió, le dije a mi papá de ponernos las pilas y entrenar juntos. El tuvo 64 peleas como amateur y 16 profesionales, hizo el curso que le pide la federación y hoy, pese a algunos cambios que hubo en el medio, es mi entrenador.
- ¿Cómo es tu plan de entrenamiento y cuando decidiste dedicarte por completo al boxeo?
Cuando estoy cerca de una pelea llego a entrenar tres veces al día, hago físico a la mañana, boxeo a la tarde y hacia la noche salgo a correr. Yo de chico le decía a mi familia que iba a vivir del deporte y todos se me reían (sonríe), me decían que piense en estudiar, y esas cosas siento que alimentaron mi deseo de vivir del deporte; intenté con el fútbol, que no se me dio, y al tener conocimientos de boxeo dije ‘vamos por acá’, y gracias a dios hoy vivo de esto y cumpliendo lo que dije.
- ¿Recordás tu primera pelea?
Sí, fue el 21 de agosto de 2021. Ahí debuté como profesional en la categoría superligero, me acuerdo que llegué al peso necesario un día antes y no paraba de temblar. Tenía mucha ansiedad, pero cuando subí al ring me tranquilicé, y luego de la primera piña ya me adapté al punto de sentirme como si anduviera descalzo en mi casa. Esa pelea la gané con un gancho al hígado por Knock Out (KO). Si bien de amateur gané 10 combates y perdí la misma cantidad, ya como profesional en la categoría ligero tengo 13 peleas, de las que gané 8 por KO y cinco por puntos, por lo que no perdí ninguna.
- ¿Cómo te definís arriba del ring?
Me considero un boxeador muy estilista, muy de la vieja escuela, pero al mismo tiempo agiornado a lo actual. Soy explosivo, técnico, manejo muy bien la distancia y a la vez soy buen contragolpeador.
- ¿Cuál fue tu pelea más difícil?
Hubo dos muy complejas, pero hay una que está más latente porque es en la que me consagré campeón argentino en el club Racing (NdeR: el combate se transmitió por televisión). Fue difícil porque me tocó caer por primera vez, hasta que eso ocurrió yo era otro boxeador. No venía bien, pero cuando caigo me di cuenta que estaba perdiendo y ahí me desperté de tal manera que le gané por KO. Lo más complicado de este deporte es la cabeza, yo siempre digo que subirse al ring es 80% mente y 20% físico porque estar ahí arriba, con otra persona que te quiere lastimar o noquear, es muy duro. No es sencillo aguantar peleas largas de 10 o 12 rounds, así que en mi opinión lo más importante es controlar la mente para que no te traicione ahí arriba.
- Tenés un gimnasio en Tristán Suárez, ¿correcto?
Así es, Dutra Boxing Club, en Santa Marta. Recientemente recibí materiales deportivos de parte de la Secretaría de Educación, Deportes y Turismo de Ezeiza, una ayuda muy importante que valoro un montón para poder crecer y jerarquizar el lugar.
- ¿Cuál es tu sueño?
Me encantaría poder pelear en el Madison Square Garden lleno de gente y yo subir al ring con la bandera argentina. Creo que es el sueño de cualquiera que está en este deporte pelear en Las Vegas en ese estadio tan mítico. Para eso me preparo todos los días.