Corría el año 2019 cuando un empleado municipal que dragaba un canal del Arroyo Alegre en Carlos Spegazzini sintió que su máquina tocó algo más que tierra: ¿Una tortuga gigante? ¿Una roca enorme nunca antes vista? No. Se trataba nada más y nada menos que del segundo ejemplar de gliptodonte hallado en la región, pero mucho más completo y mejor conservado que el encontrado por un grupo de pescadores en 2015.
El gliptodonte era una especie de armadillo gigante que vivió durante el Pleistoceno y se extinguió hace aproximadamente 10 millones de años. Este mamífero gigante era herbívoro y fue parte de la fauna autóctona suramericana, y por lo que se pudo comprobar, ezeicense.
Se cree que la principal causa de su extinción fue la caza por parte de los humanos, quienes se encontraban entre los depredadores del gliptodonte poco antes de su extinción definitiva. Los hombres de la época lo deseaban por su carne y por sus enormes caparazones que eran utilizados como refugios.
Después de varios años de trabajo, finalmente el fósil de gliptodonte ha pasado a ser exhibido en una sala dedicada a la paleontología en el Museo Regional de Tristán Suárez junto a otros fósiles más pequeños encontrados en la región, y junto al caparazón incompleto descubierto años atrás en el mismo sitio.
El proceso no fue sencillo; se necesitaron varios hombres, máquinas y mucha paciencia para poder retirar el caparazón gigante sin que se rompa. Así fue como el equipo encabezado por el paleontólogo del Conicet Leopoldo Sobelzon desenterró el gliptodonte, en tanto que los técnicos Marcelo Isasi y David Piazza llevaron a cabo la puesta en valor del mismo.
Según contó el reconocido paleontólogo, un día a fines del 2019 mientras trabajaba en La Plata recibió un llamado de la Dirección de Patrimonio Paleontológico y Arqueológico de la provincia bonaerense por el hallazgo de un gliptodonte en el Arroyo Alegre de Carlos Spegazzini. Después de varias jornadas de trabajo minucioso, y con la colaboración del municipio que aportó un camión y una retroexcavadora, pudieron rescatar el ejemplar.
Según relató el propio Sobelzon, los aplausos se los llevó el maquinista municipal, quien con un trabajo “casi quirúrgico extrajo el caparazón de manera intacta”, y que tras retirarlo fue llevado al museo en donde su directora Claudia Muscio recibió al equipo que se encargó de prepararlo y dejarlo listo para la exposición.
Tres años después del hallazgo, el ejemplar de gliptodonte fue presentado ante un auditorio colmado de vecinos y vecinas en la sala principal del Museo Regional de Tristán Suárez, ubicado en la intersección de las calles Eustaquio Gómez y Antonio Fariña.
Ese día se convocó a varios jóvenes distrito para que se interesen en el estudio de la arqueología y la paleontología. Por tal motivo, los profesionales explicaron paso a paso cómo fue el proceso de descubrimiento y restauración de fósiles, con ejemplos concretos de distintas expediciones que llevaron adelante.
Además, resaltaron que la zona de Spegazzini es muy rica en “restos fósiles pequeños”, es decir, no solo hay caparazones de gliptodontes o dinosaurios gigantes para descubrir y estudiar, sino que también, las canteras y arroyos locales son muy ricos en fósiles marinos, ya que se cree que en eras pasadas el mar fue mucho más cercano a esta zona de lo que es ahora.
Para todos los que quieran visitar el maravilloso ejemplar que está de forma permanente en el museo y deseen conocer un poco más de la historia de nuestro distrito pueden comunicarse al 11-5913-3860, de 8 a 18 horas, y coordinar una visita.
Además de los ejemplares de gliptodontes, podrán apreciar objetos de la época colonial de nuestro territorio y saber quiénes fueron sus fundadores.