Gisela Morandi y su pareja se instalaron en Ezeiza en búsqueda de tranquilidad y naturaleza. Una vez instalados, aquí potenció su proyecto artesanal de panificados.
Cuando Gisela Morandi y su pareja decidieron irse de Boedo, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ya habían optado por comenzar una nueva vida en Ezeiza en búsqueda de tranquilidad y naturaleza. Una vez instalados, la mujer de 34 años comenzó a replantearse los sueños y metas para su vida. Comenzaba una nueva etapa entre harinas y masa madre en este rincón del Conurbano bonaerense.
Todo comenzó en plena pandemia de coronavirus cuando Gisela se quedó sin trabajo. Ella atendía una panadería, pero a causa del aislamiento social, empezaron a bajar las ventas. Era julio de 2020 y de repente, lo que hacía como hobby o para los suyos se convertía en una posible salida laboral: los panes de masa madre y productos integrales iban a transformarse en el sustento desde ese momento y por qué no, del futuro.
Al año siguiente, concretaron su mudanza a Canning y Gisela siguió amansando en su nueva casa hasta que en julio de 2022, junto a su compañero de vida, tuvo la oportunidad de tener su propio local e inauguró "Alerema", donde hoy vende sus productos integrales de masa madre al público en general. En diálogo con Ezeiza Hoy, la panadera aseguró que "tener un local en Canning fue algo que no tenía planeado”, pero que se dio y hoy continúa su crecimiento en forma sostenida.
Según explicó una de las tantas personas que eligió en los últimos años a Ezeiza como el distrito para desarrollarse y vivir, su amor por los panes y la masa madre comenzó en la panadería donde trabajaba de vendedora.
"Ahí vendía productos de harina integral y trabajando empecé a aprender un montón sobre ella, lo importante que era consumirla, de los beneficios, entonces eso me ayudó. A eso se sumó que yo ya traía el conocimiento de la masa madre y entonces mezclé los dos saberes e hice mi producto", reveló.
Qué significa Alerema: el sueño de mejorar la vida a la gente
Cuando comenzó su proyecto personal, Gisela tuvo que elegir un nombre y allí surgió "Alerema" que es una palabra inventada. "'Alere' viene del latín y significa alimentar, nutrir, educar, y 'ma' representa a la MAsa MAdre", contó sobre el significado del nombre de su local ubicado en Thames al 537.
Actualmente, la mujer emprendedora se sigue dedicando exclusivamente a panificados y una de las joyas de sus productos es que son de masa madre, un fermento natural que mejora la digestión y tiene beneficios para la flora intestinal.
"La masa madre viene siendo lo más importante de mis recetas porque este tipo de fermentación nos permite aprovechar al máximo los nutrientes, ayuda a mejorar la digestibilidad del alimento y nos da panificados mucho más aromáticos y sabrosos, en comparación con panes fermentados con levadura", describió.
La panadera destacó que el pan “es algo elemental en nuestra alimentación, nos acompaña en todas las comidas", por eso siente que "hacer panes es una forma de ayudar a las personas a comer mejor".
"A muchos les cuesta bajar o eliminar el consumo de pan entonces elegir un producto integral ayuda a consumir algo más nutritivo, sano y sin conservantes", agregó.
Actualmente, el local abre de jueves a sábados de 15 a 20 y cada vez tiene más adeptos. Este tipo de panes y productos suelen ser elegidos por personas que entrenan, y al mismo tiempo cada vez son más quienes están cambiando hábitos alimenticios a raíz de diversas enfermedades (diabetes, exceso de peso, hígado graso) o tratamientos médicos (fertilidad).
Nuevos desafíos
Morandi sigue apostando por más y ahora comenzó a amasar con harinas agroecológicas que era un objetivo a cumplir desde hace mucho tiempo. También incorporó la venta de verduras, frutas y productos agroecológicos que era otra deuda pendiente.
"Me encantaría tener mesitas al aire libre y ofrecer café o té para acompañar nuestros productos dulces, o sándwiches en pan integral para el mediodía. También me gustaría ofrecer panificados de otra variedad de harinas. Hoy utilizo trigo y centeno integrales", expresó sobre sus sueños.
Hoy, la joven panadera no deja de soñar e invitó a todos los vecinos y vecinas a acercarse a su local y probar sus productos que "sin dudas mejoran la calidad de vida y salud de todos".