Se conmemora un nuevo aniversario de la Industria, un área clave en el desarrollo nacional, en honor a la primera exportación de productos del país que paradójicamente encubrió un hecho ilegal.
Desde 1941 se celebra en Argentina el 2 de septiembre como el Día de la Industria. Singularmente, para homenajear a la Industria nacional, se eligió un hecho delictivo, concretamente, un episodio de contrabando. Eso fue lo que ocurrió aquel 2 de septiembre de 1587 en el territorio que hoy conocemos como la República Argentina y que entonces pertenecía al Virreinato del Perú.
Aquella jornada, zarpó del fondeadero del Riachuelo, que hacía de puerto de Buenos Aires, la carabela San Antonio al mando de un tal Antonio Pereyra con rumbo al Brasil. La San Antonio llevaba en sus bodegas un cargamento proveniente del Tucumán, fletado por el obispo de esa ciudad, Fray Francisco de Vitoria, con tejidos y bolsas de harina producidos en Santiago del Estero.
Lo notable es que dentro de las inocentes bolsas de harina, según denunció el gobernador de Tucumán Ramírez de Velasco, viajaban camuflados varios kilos de barras de plata provenientes del Potosí, cuya exportación estaba prohibida. Es decir que la "primera exportación argentina" encubre un acto de contrabando y comercio ilegal.
El municipio de Ezeiza es un modelo en esta rama, con más de 260 empresas radicadas en los diferentes polos industriales distribuidos dentro del distrito.
Más de 430 años después, la industria es una rama vital en la producción argentina, y en 2021, su actividad ha comenzado a exhibir signos de recuperación tras el impacto tanto de la pandemia como del desfinanciamiento ocurrido entre los años 2015 y 2019.